Estrategias para dominar el estrés térmico en la producción avícola

El estrés calórico se considera actualmente como el principal factor ambiental que afecta el bienestar y la productividad avícola. Los efectos perjudiciales del estrés térmico en los pollos de engorda y en las gallinas ponedoras son:

  • Tasas de crecimiento reducidas,
  • Disminución de la producción de huevos
  • Mala calidad de la carne y del huevo.

La carga ejercida sobre la rentabilidad de la avicultura crecerá en todo el mundo en el futuro, ya que la selección genética para un crecimiento rápido aumenta la sensibilidad al estrés calórico.

Además, se prevé que los mercados avícolas de las regiones cálidas crecerán en las décadas siguientes. Por lo tanto, las estrategias para aliviar los efectos perjudiciales del estrés térmico en la productividad de las aves de corral son sólidas y deben basarse en varios enfoques complementarios. Estos enfoques incluyen las condiciones de las instalaciones, las condiciones de manejo de la granja y las estrategias nutricionales. El presente artículo se centrará en este último tema.

¿Qué es el estrés calórico?

El calor se produce en el organismo como consecuencia de diversas reacciones químicas asociadas con el metabolismo intermediario.

Los mecanismos homeostáticos que regulan la producción y la pérdida de calor corporal permiten mantener la temperatura del núcleo corporal relativamente constante. No se requiere energía adicional para disipar o crear calor cuando las aves están en la zona termoneutral. Sin embargo, las aves tienen que estar activas para disipar el calor corporal cuando la temperatura ambiente supera el umbral de temperatura crítico superior. Tal estado fisiológico se llama estrés térmico. Tras el estrés por calor, la pérdida de calor aumenta a través de la radiación, la convección, la conducción y la evaporación.

Si bien generalmente se acepta que la avicultura se puede lograr entre 10 y 27°C, el máximo rendimiento se logra en un rango más estrecho de temperaturas: alrededor de 18-22 °C para pollos de engorda en crecimiento y 19-22 °C para gallinas ponedoras. Hay algunas discrepancias en la literatura con respecto al rango de temperatura ambiente que permite un rendimiento y salud óptimos de las aves de corral. Esto puede explicarse por el hecho de que muchos factores influyen en la sensibilidad de las aves de corral al estrés térmico, por ejemplo, raza, humedad relativa, velocidad del aire o densidad.

Etología y consecuencias fisiológicas del estrés calórico

Bajo altas temperaturas ambientales y altas densidades, se hace cada vez más difícil para las aves perder calor por conducción o convección. La evaporación respiratoria se convierte en el principal mecanismo de pérdida de calor.

En tales situaciones, las aves también limitan las actividades que pueden generar calor adicional, como comer o moverse. La ingesta de agua se incrementa de forma considerable debido a cambios en la regulación endocrina.

El estrés calórico conduce a varias disfunciones:

  • Alcalosis respiratoria: el aumento de la frecuencia respiratoria induce un aumento del pH en sangre.
  • Cambios hormonales que deterioran la inmunidad y el crecimiento: altas temperaturas ambientales activan varios mecanismos neuroendocrinos. Hay un aumento en la concentración plasmática de corticosterona. Esta hormona suprime el sistema inmune innato de las aves de corral. Además, altas temperaturas ambientales disminuyen la concentración de la hormona tiroidea triyodotironina. Tales cambios son perjudiciales para la acreción de tejido magro y, por lo tanto, para el crecimiento.
  • Disminución de la integridad de la pared intestinal, lo cual se explica por:
    • Estrés osmótico, que induce pérdidas de agua corporal
    • Estrés oxidativo, causada por la producción de radicales libres que pueden dañar moléculas biológicas (ADN, proteínas, lípidos).

Estos cambios conducen a una reducción del rendimiento global, especialmente de la eficiencia alimenticia, de la tasa de crecimiento o de la producción de huevos.

Estrategias nutricionales para aliviar el estrés calórico

Las soluciones nutricionales pueden ayudar a la producción avícola a soportar el estrés calórico, eso con dos objetivos. En primer lugar, reducir la termogénesis inducida por la dieta seleccionando nutrientes que tienen un bajo incremento de calor. En segundo lugar, proporcionar a las aves nutrientes bioactivos específicos que corrijan las disfunciones fisiológicas asociadas con el estrés térmico.

  • Fuentes de energía: Los requisitos de energía de mantenimiento aumentan a medida que se requiere más energía para jadear. La ingesta de alimentos se reduce de forma considerable. Aumentar los niveles de grasa dietética a expensas de los carbohidratos puede reducir la termogénesis inducida por la dieta, mientras que aumenta la densidad de energía. Esto puede compensar la menor ingesta de alimentos.
  • Contenido en proteína bruta: Los perfiles de aminoácidos desequilibrados exacerban el incremento de calor inducido por el consumo de proteínas debido a los costos de energía asociados con la mala retención de nitrógeno y la excreción de nitrógeno. Por lo tanto, reducir el contenido de proteína bruta utilizando aminoácidos añadidos puede ser una estrategia sólida para hacer frente al estrés calórico.
  • Aumento del balance electrolítico del alimento: Los electrolitos se pierden por hiperventilación y excreción en la orina. El desequilibrio resultante en los electrolitos afecta negativamente el metabolismo de las aves. Es posible suministrar electrolitos adicionales, como sodio y potasio, para restaurar el balance electrolítico del alimento de las aves.
  • Alimentación con nutrientes bioactivos específicos para abordar necesidades fisiológicas específicas:

MiXscience ha desarrollado una solución innovadora, Metalixir S, compuesta de ingredientes bioactivos específicos, que se vectorizan con una cubierta lipídica. Esta matriz grasa protege específicamente los ingredientes a lo largo del tiempo con el fin de garantizar la máxima eficiencia.

Trial report

Se llevó a cabo un ensayo en la estación de investigación del IRTA de Alacarrás (Lérida). El estudio comparó el rendimiento de una dieta testigo vs. una dieta con la solución Metalixir S, incorporada a 750 g/T, en condiciones de verano. 552 pollitos Ross, 308 se introdujeron en el verano de 2019, con temperaturas entre 29 y 37°C, a lo largo del ensayo.

A los 40 días, los pollos alimentados con Metalixir S (750 g/T) mostraron un rendimiento significativamente mejor que el control, tanto en peso, como en el índice de conversión alimenticia corregida (Figura 2)

Los rendimientos de pechuga también se mejoran en 0.3 puntos con Metalixir S (Figura 2), sin degradar la calidad tecnológica de la carne (datos no mostrados). En comparación con el control, los costos alimentarios de la producción de pechuga se reducen en un 1.5% en condiciones de calor.

Conclusión

Se pueden implementar diferentes estrategias nutricionales en un programa integral con el objetivo de corregir los efectos negativos del estrés por calor en el rendimiento de la producción avícola. El uso de soluciones nutricionales ha demostrado aliviar los efectos perjudiciales de la temperatura ambiente alta y mejorar el rendimiento de las aves. La suplementación con Metalixir S demostró su eficacia bajo circunstancias de estrés por calor en la avicultura, aumentando en promedio una ganancia de 0.05 a 0.07 puntos de Conversión Alimenticia.

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